miércoles, 30 de septiembre de 2009

"A propósito del golpe en Honduras... "

¿Por qué Chávez le regaló “Las Venas Abiertas de América Latina” a Obama?*

Reseña sobre la obra

La división internacional del trabajo consiste en que unos países se especializan en ganar y otros países se especializan en perder. Nuestra comarca del mundo, que hoy denominamos América Latina, fue precoz: se especializó en perder desde los remotos tiempos en que los europeos del Renacimiento se abalanzaron a través del mar y le hundieron los dientes en la garganta”.

“Las Venas Abiertas de América Latina” del escritor uruguayo Eduardo Galeano, sin lugar a dudas, es una referencia obligada dentro de la literatura política latinoamericana. Escrita en 1971, además de guardar una calidad literaria extraordinaria, logra sintetizar en su análisis, las trayectorias de siglos marcados por la exclusión, explotación y humillación, con la historia de rupturas y rebeliones populares en contra del orden establecido en América Latina.

Es un trabajo comprometido con las causas sociales. Analizando desde el período colonial hasta el Siglo XX, Galeano hace dos grandes descubrimientos: 1) que el enriquecimiento de los centros de la economía mundial, no se podría explicar sin la existencia de la pobreza y la desigualdad propias de América Latina; 2) que en ese marco, las élites político-económicas y militares de la región, se han prestado al juego de sus amos imperialistas, en una historia marcada por la traición y la muerte (omisión y asesinato). En pocas palabras: ha operado una lógica del saqueo y el despojo.

Pero al mismo tiempo Galeano nos muestra la otra cara de la moneda. Y al hacerlo, hace de su obra una pieza inmortal y un antídoto contra los adoradores del becerro de oro y del fin de la historia. En su relato, destaca que tras el rostro de la dependencia y la opresión bajo la cual ha vivido América Latina, subyace una subjetividad popular libertadora, forjada durante siglos de lucha. Para el autor, Tupac Amaru, Bolivar, Artigás, Martí, entre otros, junto con otros contemporáneos como Mariategui, el Ché, Fidel y Allende –entre otros-, forman parte de una continuidad sobre la cual, más tarde o más temprano, se abrirá el camino de la liberación y la transformación social en América Latina.

Por ello, culmina su trabajo con las siguientes palabras: “La causa nacional latinoamericana es ante todo una causa social: para que América Latina pueda nacer de nuevo, habrá que derribar a sus dueños, país por país. Se abren tiempos de rebelión y de cambio. Hay quienes creen que el destino descansa en las rodillas de los dioses, pero la verdad es que trabaja, como un desafío candente sobre las conciencias de los hombres.

* Héctor Solano

3 comentarios:

  1. Sin duda este libro es la lectura más importante que debemos hacer. Pensando en un programa de formación interna, no podríamos prescindir de un material tan importante, y mucho menos postergarlo en función de "otras lecturas" que de pronto y no vienen al caso (oiste tavin tavin???!!! jajaja)

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  2. Los Policías y Los Guardias


    "Siempre vieron al pueblo
    como un montón de espaldas que corrían para allá
    como un campo para dejar caer con odio los garrotes.

    Siempre vieron al pueblo como el ojo de afinar la puntería
    y entre el pueblo y el ojo
    la mira de la pistola o el fusil.

    (Un día ellos también fueron pueblo
    pero con la excusa del hambre y del desempleo
    aceptaron un arma
    un garrote y un sueldo mensual
    para defender a los hambreados y a los desempleadores.)
    Siempre vieron al pueblo aguantando
    sudando
    vociferando
    levantando carteles
    levantando puños
    y cuando más diciéndoles:
    "Chuchos hijos de puta el día les va a llegar".
    ( Y cada día que pasaba
    ellos creían que habían hecho el gran negocio
    al traicionar al pueblo del que nacieron :
    "El pueblo es un montón de débiles y pendejos --pensaban--
    qué bien hicimos al pasarnos del lado de los vivos y de los fuertes").

    Y entonces era de apretar el gatillo
    y las balas iban de la orilla de los policías y los guardias
    contra la orilla del pueblo
    así iban siempre
    de allá para acá
    y el pueblo caía desangrándose
    semana tras semana año tras año
    quebrantado de huesos
    lloraba por los ojos de las mujeres y los niños
    huía de espanto
    dejaba de ser pueblo para ser tropel en guinda
    desaparecía en forma de cada quién que se salvó para su casa
    y luego nada más
    solo los bomberos lavaban la sangre de las calles.

    (Los coroneles los acababan de convencer:
    "Eso muchachos __les decían__
    duro y a la cabeza con los civiles
    fuego con el populacho
    ustedes también son pilares uniformados de la Nación
    sacerdotes de primera fila
    en el culto a la bandera el escudo el himno los próceres
    la democracia representativa el partido oficial y el mundo libre
    cuyos sacrificios no olvidará la gente decente de este país aunque
    por hoy no les podamos subir el sueldo
    como desde luego es nuestro deseo".)

    Siempre vieron al pueblo
    crispado en el cuarto de las torturas
    colgado
    apaleado
    fracturado
    tumefacto
    asfixiado
    violado
    pinchado con agujas en los oídos y los ojos
    electrificado
    ahogado en orines y mierda
    escupido
    arrastrado
    echando espumitas de humo sus últimos restos
    en el infierno de la cal viva.

    (Cuando resultó muerto el décimo Guardia Nacional. Muerto
    [por el pueblo
    y el quinto cuilio bien despeinado por la guerrilla urbana
    los cuilios y los Guardias Nacionales comenzaron a pensar
    sobre todo porque los coroneles ya cambiaron de tono
    y hoy de cada fracaso le echan la culpa
    a "los elementos de tropa tan muelas que tenemos".)
    El hecho es que los policías y los guardias
    siempre vieron al pueblo de allá para acá.
    que lo piensen mucho
    que ellos mismos decidan si es demasiado tarde
    para buscar la orilla del pueblo
    y disparar desde allí
    codo a codo junto a nosotros.

    Que lo piensen mucho
    pero entre tanto
    que no se muestren sorprendidos
    ni mucho menos pongan cara de ofendidos
    hoy que ya algunas balas
    comienzan a llegarles desde este lado
    donde sigue estando el mismo pueblo de siempre
    sólo que a estas alturas ya viene de pecho
    y trae cada vez más fusiles."

    Roque Dalton.

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  3. Estoy de acuerdo con lo que dice David. Nada más debo hacer una aclaración: Galeano no fue quien descubrió el tema de la dependencia en América Latina. La "teoría de la dependencia" y concretamente el tema del desarrollo desigual, ha sido producto de la reflexión de una inmensa cantidad de políticos y acádemicos comprometidos con las causas sociales, a fin de generar conocimiento transformador desde la periferia. Galeano lo que hace es construir su pieza desde esa óptica. En parte -y por muchas otras cosas más- es que es tan genial y tan importante de leer para todos/as. Saludos, Héctor.

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