Reseña sobre la obra
“La división internacional del trabajo consiste en que unos países se especializan en ganar y otros países se especializan en perder. Nuestra comarca del mundo, que hoy denominamos América Latina, fue precoz: se especializó en perder desde los remotos tiempos en que los europeos del Renacimiento se abalanzaron a través del mar y le hundieron los dientes en la garganta”.
“Las Venas Abiertas de América Latina” del escritor uruguayo Eduardo Galeano, sin lugar a dudas, es una referencia obligada dentro de la literatura política latinoamericana. Escrita en 1971, además de guardar una calidad literaria extraordinaria, logra sintetizar en su análisis, las trayectorias de siglos marcados por la exclusión, explotación y humillación, con la historia de rupturas y rebeliones populares en contra del orden establecido en América Latina.
Es un trabajo comprometido con las causas sociales. Analizando desde el período colonial hasta el Siglo XX, Galeano hace dos grandes descubrimientos: 1) que el enriquecimiento de los centros de la economía mundial, no se podría explicar sin la existencia de la pobreza y la desigualdad propias de América Latina; 2) que en ese marco, las élites político-económicas y militares de la región, se han prestado al juego de sus amos imperialistas, en una historia marcada por la traición y la muerte (omisión y asesinato). En pocas palabras: ha operado una lógica del saqueo y el despojo.
Pero al mismo tiempo Galeano nos muestra la otra cara de la moneda. Y al hacerlo, hace de su obra una pieza inmortal y un antídoto contra los adoradores del becerro de oro y del fin de la historia. En su relato, destaca que tras el rostro de la dependencia y la opresión bajo la cual ha vivido América Latina, subyace una subjetividad popular libertadora, forjada durante siglos de lucha. Para el autor, Tupac Amaru, Bolivar, Artigás, Martí, entre otros, junto con otros contemporáneos como Mariategui, el Ché, Fidel y Allende –entre otros-, forman parte de una continuidad sobre la cual, más tarde o más temprano, se abrirá el camino de la liberación y la transformación social en América Latina.
Por ello, culmina su trabajo con las siguientes palabras: “La causa nacional latinoamericana es ante todo una causa social: para que América Latina pueda nacer de nuevo, habrá que derribar a sus dueños, país por país. Se abren tiempos de rebelión y de cambio. Hay quienes creen que el destino descansa en las rodillas de los dioses, pero la verdad es que trabaja, como un desafío candente sobre las conciencias de los hombres.”
* Héctor Solano